[FONT="Verdana"][SIZE="3"][I][COLOR="Blue"][B]Mateo 13:44-52[/B]

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;
48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,
50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.[/COLOR][/I][/SIZE][/FONT]

[FONT="Georgia"][SIZE="3"][COLOR="DarkRed"][B]"va, y vende todo lo que tiene"[/B]

Quiero ponerme en la piel de este hombre que descubre un tesoro.

Alcanzó a descubrir el valor que ocultaba ese terreno. Se dio cuenta de lo beneficioso que sería ser el propietario. Evaluó la ventaja que significaba que ese terreno costara lo mismo que cualquier otro, pero valiera mucho mas que ninguno.

Por eso se asegura de que eso permanezca asi, volviendo a esconder el tesoro. Luego regresa a su vida, y se deshace de todo. Lo vende, buscando reunir la suma necesaria para adquirir ese terreno.

Cuando el hombre vislumbra aunque sea un poco las grandezas de las bendiciones del reino de Dios, surge de manera natural una disposición para entregarse a Dios con el fin de recibir la comunión, la paz y el gozo de ser hijo de Dios.

Creo que en la medida que mantenemos la mente llena de todo lo bueno, hermoso, positivo y favorable que implica caminar con Dios, resulta más fácil, más llevadero afrontar los costos, esforzarse, preocuparse por obedecer y mantenerse puro.

El hecho de que el terreno no era extraordinariamente caro, indica que es posible alcanzar una vida plena con Dios, contar con las riquezas de Dios. Es algo factible, real, alcanzable. Y tiene el precio justo: Todo lo que tenemos y somos.

¡Qué maravilla! Entregamos todo, para ganar a Dios. ¿No es buen negocio?

Sin embargo, ¡cuánto nos cuesta si nos aferramos a nuestra vida! Todo lo que tenemos y somos, considerémoslo propiedad de Dios. Y si hay algo en nuestra vida que no debe estar, cuidadosamente nos desharemos de ello.

Señor, es mi ofrenda en tu altar todo lo que tengo y todo lo que soy. Tu nombre estará siempre en todas mis cosas. Entrego todo lo que tengo, porque es incomparablemente mejor lo que he encontrado en ti, que lo que pueda hallar en este mundo.

[I][COLOR="Blue"]Mateo 16:25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.[/COLOR][/I][/COLOR][/SIZE][/FONT]