[FONT="Verdana"][SIZE="3"][COLOR="Blue"][I]Mateo 12:33-42
O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol.
¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.
El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.
Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.
Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar.
La reina del Sur se levantaráen el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar[/I].[/COLOR][/SIZE][/FONT]

[FONT="Georgia"][SIZE="4"][COLOR="DarkRed"][I][B]"de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio"
[/B]
Primeramente, debemos recordar siempre el valor de las palabras, la importancia de las cosas que decimos.
Son nuestras declaraciones las que nos hacen avanzar o retroceder.
Por lo que confesamos determinamos si vamos a vencer o si quedaremos estancados.
Nuestra fe, nuestra confianza en Dios, nuestros deseos de honrarlo, nuestra determinación de seguir sus caminos, se manifiestan más tarde o más temprano a través de las cosas que decimos.
También con nuestras palabras afectamos la vida de otros: ben-decimos o mal-decimos con nuestros labios, hacemos bien o mal.
Conviene entonces que nuestras palabras sean de agradecimiento y alabanza a Dios, de reconocimiento de su grandeza y señorío, de confianza, de aliento, de fe.

En segundo lugar, "de la abundancia del corazón habla la boca" Es decir, no se trata de obligarnos a nosotros mismos a pronunciar determinadas palabras e ideas de manera fingida y artificial. Se trata de dedicarse a llenar el corazón de esas cosas (fe, confianza, amor, obediencia, gozo)

Señor: hoy y cada día quiero buscarte, para que por tu Espíritu llenes mi corazón de tu presencia, de tu manera de pensar, de tu manera de sentir. Y ayúdame ¡oh, Dios! a gobernar mi lengua. Amén.[/I][/COLOR][/SIZE][/FONT]

[FONT="Verdana"][SIZE="3"][COLOR="Blue"][I]Proverbios 18:20-21
Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre;
Se saciará del producto de sus labios.
La muerte y la vida están en poder de la lengua,
Y el que la ama comerá de sus frutos.

1ª Pedro 3:8-12
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos,
amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
Porque:
El que quiere amar la vida Y ver días buenos,
Refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño;
Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
Y sus oídos atentos a sus oraciones;
Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal[/I][/COLOR][/SIZE][/FONT]