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Enviado el 07-may-2012 a las 12:29 por gabu
La mayoría de nosotras conocemos a alguien que se conoce por el perfume que usa. Aun sin verla sabemos que está cerca.
Sin necesidad de las palabras, su fragancia nos da la bienvenida a su compañía.
Todo cristiano debería ser conocido por usar un perfume en particular: la fragancia de Cristo. Pero esa fragancia no se puede comprar en un mostrador de cosméticos, ni siquiera la iglesia la puede embotellar y vender.
Este misterioso perfume surge siempre y exclusivamente...
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