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Experiencia pública

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Enviado el 28-jul-2011 a las 11:08 por walter971

Que te sientas llamado por Dios para algo especial está bien, pero mejor sería que ese sentimiento fuera compartido por alguien más de la Iglesia.

Pablo y Bernabé estaban siendo apartados para un fin específico, y aquello no solo era evidente para ellos, sino también para los demás. Hch 13:1-3 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. (2) Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. (3) Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

Por regla general, el llamado no es una experiencia exclusivamente privada, siempre debería haber quien pueda dar testimonio de lo que nosotros decimos haber sido llamados.

1) LLAMADOS
No hay dudas de que las cosas pueden suceder en forma diferente a lo que aquí estamos diciendo, pero creo que, por lo general, cuando ha habido un llamado de parte de Dios a un hombre para una tarea específica, ese llamado ha sido evidente para otros además de él mismo, lo cual no podemos decir que siempre sucede entre algunos "llamados" de hoy en día.

1.1) Pedro
Jua 21:12-15 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor. (13) Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. (14) Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos. (15) Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.

No fue una conversación privada, los otros discípulos eran testigos de las palabras de Jesús. Aún después cuando se apartan ellos, sigue sin ser privada ya que eran seguidos por el discípulo al que Jesús amaba, el cual luego escribe: Jua 21:24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero.

1.2) Jesús
En el bautismo:
Mat 3:16-17 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. (17) Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

En el monte donde se transfiguró:
Mat 17:5-6 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. (6) Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.

Muchos años después Pedro sigue estando seguro de Jesús en base a que Su llamado no fue algo solamente privado, 2Pe 1:16-18 Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. (17) Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. (18) Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.

Y así muchos otros, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, hombres y mujeres con un profundo sentimiento de ser llamados por Dios, pero que, por regla general, dicho sentimiento era compartido por otros más allá de ellos mismos.

CONCLUSIÓN
El problema con artículos como este está en radicalizar las posturas, y no es esa mi intención. Ni todo llamado tiene que ser compartido por los demás, ni todo llamado tiene que ser desconocido para los demás.

Observe también que el hacer público un llamado no es una solicitud de aprobación por parte de Dios, es solamente el hacer evidente a otros lo que es una decisión soberana del Señor.

Si logramos mantener un sano equilibrio en este tema, no estaremos frustrando a quienes Dios ha llamado, y no estaremos apoyando a los que no. Por lo general, sin negar excepciones, el llamado no es una experiencia exclusivamente privada, siempre debería haber quien pueda dar testimonio de lo que nosotros decimos haber sido llamados.
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