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De la oración.

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Enviado el 20-abr-2016 a las 08:23 por Quim

No os miento si digo que mis ignorancias superan con creces las cosas que puedo saber, o que creo saber.
El caso es que me gustaría, mis queridos lectores, haceros partícipes de una de mis ignorancias, y es esta:
La oración. Para mí es un misterio.
Ya, claro, puedo ver en la Palabra un sinfín de versículos que me hablan, no solo de la oración, sino de su importancia y de su poder. No en vano es una forma de comunicarnos con Dios. Es de las poquitas cosas que podemos calificar de imprescindibles sin exagerar.
Pero el problema surge (me surge a mí) cuando miro a Jesús. Creo que es el ejemplo máximo para cualquier cosa. Todo lo que dijo y todo lo que hizo es lo que debo observar y tratar de imitar.
Entonces, ¿cómo es que me dice tan poco acerca de la oración?
Tranquilo, deja el teléfono, no llames al pastor todavía, deja que me explique.
Ya sé que Jesús nos enseña acerca de la oración, yo también me sé el Padrenuestro. Pero convendrás conmigo en que el Padrenuestro es tan solo un esquema de oración, aunque marque unas líneas maestras que conviene recordar. Gente mucho más eminente que yo ha escrito largo y tendido sobre el asunto como para que venga yo ahora a añadir algo. Y todos, incluso alguna predicación que recuerdo, han coincidido en su papel de guía. Hay a quien le gusta recitarla y no digo que no se pueda recitar; solo digo que yo no lo haré.
También me habla la Palabra acerca de la necesidad que tengo de orar constantemente, de mantener la comunicación con el Cielo siempre abierta y del poder que se ve involucrado en la oración eficaz del justo. (Supongo que, ya que menciona el término "eficaz", debe haber también la "ineficaz").
Pero todas estas cosas (y otras tantas que omito) no me ayudan como quisiera.
Jesús no oraba en público. Antes de hacer esta afirmación lo he comprobado: son contadas las ocasiones en las que lo hace y siempre son con la intención de ser oído por los que estaban con Él en ese momento. Excepción hecha de Getsemaní, donde habla su corazón; el corazón de un hombre que sabe que va a cargar con el pecado de la humanidad y que va a sufrir de un modo inconcebible. Aparte de eso, silencio.
Y veo que oraba durante horas, cada día. Y me pregunto como puede ser que no haya un registro de al menos una de esas maratonianas sesiones.
Como ejemplo que debe guiar mi vida, sería de valor incalculable saber de qué hablaba con el Padre hasta el amanecer. Cuál era el tema de conversación hasta el anochecer. Cómo se sentía cuando su cuerpo le pedía dormir y su espíritu deseaba seguir conversando.
Y me doy cuenta de que no puede ser de otro modo.
Jesús era uno con el Padre, de tal modo que éste podía actuar a placer, a través de su Hijo. Y eran uno porque el grado de intimidad era máximo. Su conocimiento mutuo era tal que resultaba imposible saber donde empezaba uno y acababa el otro.
De golpe acabo de entender que, si Dios es un Dios personal, que busca intimidad con cada uno de sus hijos en particular, no puede existir un plano o unas instrucciones acerca de lo que debo hablar con Él. Debo descubrirlo por mí mismo.
¡Claro! Por eso no hay un registro de lo que Jesús y el Padre hablaban. Es intimidad y debe quedar entre ellos.
No me serviría para nada que hubiera un registro de sus conversaciones. La intimidad es intimidad y no puede copiarse, no puede violarse. ¿Cómo va a copiarse aquéllo en lo cada uno vuelca todo su corazón? ¿Quien va a atreverse a decirle a alguien cómo debe ser la intimidad que debe tener con su esposa, por ejemplo?
Entiendo que el Señor me dice acerca de la oración todo lo que debo saber y que el resto debo buscarlo por mi cuenta, teniendo intimidad, una relación entre él y yo, sin interferencias, cultivando la amistad, fomentando el entendimiento y abandonandome a la dependencia, y así conseguir llegar al punto en que no se aprecie donde acabo yo y donde empieza Él.
Resulta que dice más de lo que parece, después de todo.
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Total de comentarios 2

Comentarios

  1. Viejo comentario
    Interesante aporte, no lo había visto de esa manera. Intimidad!! y así es. No hay registros de ese detalle, porque es muy personal y así refleja que todos tenemos esa gran bendición a la hora de hablar con Dios. En secreto entregar el corazón. Y orar con esa confianza que es solo nuestra conversación.
    Lindo!!

    Saludos
    Enviado el 21-abr-2016 a las 16:52 por yblancom yblancom está fuera de línea ¡Visita su Blog!
  2. Viejo comentario
    Gracias. Un placer.
    Enviado el 21-abr-2016 a las 17:25 por Quim Quim está fuera de línea ¡Visita su Blog!
 

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